Delegar en especialistas de bienes raíces una negociación de compra o venta de propiedades, o bien, el mantenimiento de un edificio o casa en alquiler le puede ahorrar inconvenientes, malos entendidos, evitar pérdida de dinero e incluso, optimizar recursos.

Cada vez es más común buscar los servicios de expertos en la materia para llevar adelante un proyecto personal o un negocio que requiere cierto nivel de especialización. En el caso de los bienes raíces se hace más que necesario recurrir a lo que se conoce como Administración de Propiedad ya que nos puede evitar asumir riesgos innecesarios.

Cuando hablamos de este concepto nos referimos a la intermediación y asesoramiento en la compra-venta, arrendamiento o cesión de un inmueble. Es decir, se basa en delegar a un tercero el manejo de la propiedad que bien puede ser una residencia, un local comercial o industrial. Al contratar este servicio de gestión se garantiza una mayor rentabilidad ya que es común que el dueño del inmueble se encuentre lejos geográficamente o, por otro lado, no cuente con los conocimientos ni con el tiempo necesarios para adelantar una negociación.

La administración adecuada de propiedades inmobiliarias le puede ahorrar mucho dinero y molestias a los propietarios, de igual forma, le ayuda a mantener o incrementar el valor de sus inmuebles. Un buen administrador de propiedades cumple con la función de ayudar al propietario a maximizar el valor de su inversión, así como reducir al mínimo los riesgos y los gastos innecesarios que ocurren al momento de mantener una propiedad.

Las leyes en Nicaragua

Un gran reto que enfrenta actualmente el mercado inmobiliario y de la construcción en Nicaragua, es el de una legislación desactualizada que se ha quedado rezagada ante el crecimiento que este sector ha experimentado en los últimos años en nuestro país.

Por ejemplo, el Decreto No. 1909 «Ley que reglamenta el Régimen de la Propiedad Horizontal», fue publicado en La Gaceta, Diario Oficial, No 215, el nueve de septiembre de 1971, hace casi 50 años, lo que provoca vacíos administrativos y legales con los que un propietario debe lidiar en la actualidad.

Sobre este aspecto, algunos especialistas consideran que existe falta de regulación en temas que en la actualidad son necesarios como las formas, plazos y circunstancias en las cuales, la administración transitoria, debe hacer entrega una vez que se han vendido las unidades, viviendas o departamentos; no hay regulación en cuanto a que si un condominio o la asamblea de propietarios tienen personalidad jurídica propia, o si para efectos de administración son susceptibles de contraer derechos y asumir obligaciones sin tener que inscribir estas capacidades en algún Registro Público. De igual forma, se debe mejorar el abordaje de temas fiscales, entre otros. En este tipo de situaciones cobra absoluta relevancia recurrir a la Administración de Propiedades para solucionar aspectos legales que una persona natural difícilmente puede resolver.

Funciones en la Administración de Propiedad

Cuando se opta por buscar el acompañamiento profesional, estas son algunas funciones que se incluyen en la Administración de Propiedades:
• Cuidar y preservar los intereses del dueño de la propiedad.
• Buscar y evaluar potenciales inquilinos que ocupen el inmueble.
• Administrar el cobro de los alquileres para luego transferir la ganancia al propietario.
• Llevar un inventario de todo los objetos que están dentro de la propiedad antes que ingresen ocupantes.
• Asegurar que el inmueble se encuentre en condiciones de habitabilidad.
• Monitorear incidentes que puedan haber dañado la propiedad mientras esté en curso el contrato de arrendamiento.

Entre las ventajas más notorias de la Administración de Propiedades tenemos:
• Rentas mayores: posee el conocimiento y la experiencia, debe ser capaz de vender o arrendar el inmueble cobrando un alquiler más alto del que conseguiría el propietario.
• Red de contactos: cuenta con asociados especializados en promover y rentar propiedades.
• Conocimiento de la ley: los gestores no solo saben cómo vender o alquilar inmuebles, sino que deben instruirse sobre todos los procedimientos legales que involucra esta actividad.

En resumen, un buen administrador de propiedades debe brindar atención especializada en aspectos legales, administrativos, manejo de personal, gestión de recursos materiales y financieros, seguridad, conocer del funcionamiento de las instalaciones y programar su mantenimiento, reparación o reposición, mantener una comunicación fluida entre propietarios e inquilinos.

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